En abril de 1934, recién ordenado sacerdote y recién llegado a su cargo de Coadjutor en la Parroquia de Almadén, inicia así su primer sermón…
Por primera vez, mis amados hermanos, tengo la dicha de ejercer el sagrado ministerio de la predicación. Recién ungido sacerdote del Altísimo, guiado por la obediencia, tuve la honda satisfacción de venir a prestar mis servicios de coadjutor a la ciudad de Almadén.
Guiado también por la obediencia, hilvané unas cuartillas para esbozaros del mejor modo posible los Dolores y la Soledad de la Virgen Santísima.
¡ Aquí estoy, pues!
Yo, desde esta cátedra sagrada os saludo afectuosamente a todos los que habéis venido al Templo a oír mi pobre y destartalada palabra y en todos vosotros a toda la ciudad de Almadén, poniéndome por completo a vuestra disposición.
Al dorso de esta primera página, el Siervo de Dios había escrito otro comienzo que al cabo de cinco líneas abandonó sustituyéndolo por el escrito más arriba.
Ese otro comienzo dice así:
Por primera vez, mis amados hermanos, tengo la dicha de ejercer el sagrado ministerio de la predicación. Recién ungido sacerdote del Altísimo y destinado por la obediencia para prestar mis servicios de coadjutor en esta ciudad de Almadén, tuve la honda satisfacción de pisar esta porción del suelo patrio, este rincón de la hidalga y noble…..
No se ha localizado la página 2. La presentación acaba de la siguiente manera:
…..a todos los habitantes de esta población, a todos los congregados en la presente mañana en esta Iglesia y concédenos que después de esta vida triste y penosa a la que venimos y salimos con lágrimas en los ojos, cambiemos nuestro semblante en semblante de alegría y de paz al contemplarte rodeado de gloria y majestad allá en el cielo, con los brazos abiertos para darnos un abrazo eterno. Así sea-
Y hacieno clik en el enlace de abajo puede verse el original manuscrito por el Padre Ángel