
Hace 85 años, en ese mismo mes de julio, se desató sobre España un furor contagioso que contaminó gravemente a la sociedad española. Un fanatismo anticatólico mató a sangre fría a obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas y laicos. No eran delincuentes, no habían hecho nada malo. Al contrario, su único deseo era hacer el bien y anunciar el Evangelio de Jesús. Entre aquellas víctimas, el sacerdote coadjutor de la Parroquia de Almadén, Ángel Muñoz de Morales Sánchez Cano que tenía cuando fue sacrificado 25 años de edad. Recordamos su nombre porque la Iglesia le honra por ser testigo elocuente de la bondad de la existencia humana ante la crueldad de sus perseguidores. Sin armas, con la fuerza irresistible de la fe en Dios, venció al mal. Esta es su preciosa herencia de su fe. No olvidemos esta tragedia de Ángel y de los miles que con él fueron sacrificados ni la reacción de los mártires a los gestos malvados de sus asesinos. Ellos les respondieron rezando y perdonándolos y aceptando con fortaleza la muerte por amor a Jesús. Los admiradores de los mártires de entonces y los Amigos del Padre Ángel en especial, debemos imitar la fortaleza de aquellos mártires, la solidez de su fe, la inmensidad de su amor y la grandeza de su esperanza.» (Inspirado en la homilía del Cardenal Ángel Amato en la Catedral de Madrid el 17 de diciembre de 2011).
El Padre Ángel y otros 99 mártires de la Diócesis de Ciudad Real forman una Causa de beatificación que está en Roma en espera de su definitiva decisión.¡¡¡ Padre Ángel y compañeros mártires de Ciudad Real, dadnos fuerzas para que os imitemos en la solidez de vuestra fe, en la inmensidad de vuestro amor y la grandeza de vuestra esperanza !!! ¡¡¡ Interceded ante el Señor Jesús para que nunca más nuestra Patria se vea sacudida por un nuevo furor fanático como el de entonces !!!