27 Octubre 2016

 Junto con la Parroquia de Almadén se ha organizado la segunda marcha al lugar del martirio en el Km 16 de la carretera a Agudo. Se celebrará el sábado 5 de noviembre y la salida, desde la Parroquia de Almadén está prevista para las nueve de la mañana de ese día. En archivo anexo está el anuncio de la convocatoria que contiene datos de interés  para quienes deseen hacer  la marcha-peregrinación.

– Don Francisco del Campo Real, Delegado de la Diócesis de Ciudad Real para la Causa de los Santos, o sea, responsable de la preparación y administración de la Causa de Beatificación de nuestro Mártir y de los otros 99 mártires de la Diócesis de Ciudad Real, ha escrito un artículo en la revista dominical Diocesana » Con vosotros» que por su interés reproducimos, por lo que representa de esperanza añadida al deseo de todos de que nuestros mártires sean glorificados e inscritos como Beatos en el libro de los Santos de la Iglesia. Este es el texto:

«LA IGLESIA DE CIUDAD REAL Y SUS MARTIRES

Nos preguntamos: ¿Es aún la hora de los santos y mártires, en un momento de indiferencia religiosa, en una época que calla sobre Dios, en los años de la «noche ética»? La respuesta más sensata es que precisamente hoy Ciudad Rea es Iglesia de santos y de mártires.

Gran noticia es la carta fechada el 20 de julio de 2016 por la que la Santa Sede ha comunicado que NADA OBSTApara que se pueda realizar la Causa de beatificación o Declaración de martirio de los siervos de Dios Antonio Martínez Jiménez, sacerdote diocesano y 99 compañeros (75 sacerdotes, una religiosa Franciscana de la Purísima Concepción y 24 laicos), asesinados por odio a la fe, en los años1936- 1939. Rasgos comunes de estos fieles cristianos: fueron hombres y mujeres de fe y oración, particularmente centrados en la Eucaristía y en la devoción a la Santísima Virgen; por ello, mientras les fue posible, incluso en el cautiverio, participaban en la Santa Misa, comulgaban e invocaban a María con el rezo del Rosario; eran apóstoles y fueron valientes cuando tuvieron que confesar su condición de creyentes; disponibles para confortar y sostener a sus compañeros de prisión; rechazaron las propuestasque significaban minusvalorar o renunciar a su identidad cristiana; fueron fuertes cuando eran maltratados; perdonarona sus verdugos y rezaron por ellos; a la hora del sacrificio, mostraron serenidad y profunda paz, alabaron a Dios y proclamaron a Cristo como el único SeñorLa Comisión de Peritos que en todo momento acepta la decisión de la Congregación de los Santos manifiesta que este grupo podría ser tenido como signo de esperanza, testigos de Dios y de la humanidad nueva para las generaciones presentes y venideras.»

Un cordial saludo para todos

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