Queridos Amigos del Siervo de Dios Ángel de Almadén: Los días 21 de cada mes recordamos el sacrificio martirial del joven Sacerdote de Almadén asesinado el 21 de septiembre de 1936 por la ola de odio anticristiano que invadió España y que afectó a más de 6000 católicos que confesaron públicamente su fe y la mantuvieron, pese a las amenazas de quienes finalmente los vejaron, torturaron y acabaron con sus vidas asesinándolos.
Hoy deseo llamar la atención sobre los hechos que cita la biografía del Padre Ángel, sobre su detención y sus tres días en la cárcel de Almadén. (véase en www.angeldealmaden.com). El Padre Ángel fue detenido en las primeras horas de la tarde del viernes 18 de septiembre de 1936. Esa misma tarde, su hermano Ramón (15 años) le visita, le lleva ropa, efectos personales, Rosario, Breviario y otros, alguna comida y hasta un somier para que pueda descansar. A la vuelta tranquiliza a la madre. Juzgó prudente no ir a verlo para dar la sensación de calma y serenidad. Ramón le dice que está bien y tranquilo y que va a salir pronto porque en Almadén hay tres sacerdotes más que están en sus casas. Y así pasan el sábado y el domingo, con las tranquilizantes visitas de Ramón.Me pregunto qué pensamientos pasarían por la mente del Padre Ángel. Él sabía lo que ya había sucedido en Ciudad Real y en Puertollano y aunque Almadén había permanecido tranquilo, era consciente de que el ambiente era muy propicio a tornarse radical y contagiarse de las noticias que se trasmitían desde otros lugares. Pensaría en su madre, viuda, que había sacrificado su vida en Ciudad Real para acompañarle a Almadén, en sus hermanos, todos menores de edad, para los cuales había venido a ser como el padre que faltaba. Pensaría si los tres sacerdotes que aún permanecían en Almadén y muy arraigados en el pueblo, harían alguna gestión en su favor. Y rezaría, por los suyos, por los presos que tenía junto a él, cuatro personas (tres hermanos de Agudo y un joven muy conocido en Almadén). Rezaría para que Dios le mantuviera firme en la Fe y en la Esperanza y para que perdonase lo que estaban haciendo y pensando aquellos que le mantenían preso. Y soportaría con entereza los insultos, las obscenidades, las amenazas y los golpes que acompañaban sus blasfemias. Y en la madrugada del tercer día suben todos a un camión. Los pensamientos y las peticiones se acumulan en su cabeza…Ese fue el Getsemaní del Padre Ángel, similar a como lo sería el de los más de seis mil …. Queridos Amigos, invito a todos a meditar en esos días que precedieron el final del Padre Ángel y el de los 99 compañeros mártires de Ciudad Real y el de los seis mil mártires en España en el siglo XX. Amigos, un cordial saludo en el recuerdo de nuestros mártires y una oración para que la beatificación de nuestros «100» de Ciudad Real lo sea en el plazo más breve posible.